Cuando estuve con la mudanza a mi nueva casa, estuve extremadamente ocupada. Diariamente salía de la casa sin desempacar todo ese «mundo» de cajas y al final de la semana, el desorden seguía igual, no encontraba nada y mientras buscaba mis lentes, histéricamente exclamé: ¡No aguanto más!, ¿cómo he permitido que mi nueva casa se convierta en un desastre? Este incidente me hizo recordar a una amiga, quien se preguntó lo mismo, solo que ella se refería a su esposo … Sigue leyendo ¡No aguantes más!
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