sola y feliz

Sola ¿y feliz?

Un día fui a un centro comercial y decidí comprarme un yogur natural. Como no había ningún banquito vacío, decidí preguntarle a una señora si podía sentarme con ella. Me llamó la atención lo arregladita que estaba aquella señora de unos 80 años. «Espero a mi amiga, la veo aquí todos los jueves desde que murió mi esposo», dijo la señora. En menos de cinco minutos llegó su amiga; tan maquilladita y sonriente como ella. Se despidieron de mi muy contentas y según caminaban lentamente pensé: «Quiero ser como ellas cuando tenga su edad».

Estas adorables viejitas son un buen ejemplo para todas esas mujeres mayores, que en vez de disfrutar de la vida, se encierran en la soledad. Seas viuda, divorciada o decidiste quedarte sola, reconoce que la vida en la tercera edad puede ser tan intensa como cuando tenías 20, 30 ó 40 años. No es que vayas a correr un maratón o te lances en paracaídas -como lo hizo en Argentina una mujer de 81 años para celebrar el pasado Día internacional de la Mujer- es cuestión de cuidar tres cosas; tu cuerpo, mente y espíritu.

Aliméntate bien, visita regularmente al médico y ejercítate. Quejarte de las molestias no hará que desaparezca tu artritis, ¡tienes que mover el esqueleto!  También, fortalece tu mente con actividades que reten la memoria, como leer y hacer crucigramas. Y por último, enriquece tu espíritu con experiencias inolvidables como amarte a ti misma, practicar tu religión, disfrutar la compañía de tus amistades y ayudar a quien te necesite ¿Te imaginas la diferencia que harías en otros si demuestras que la buena vida no se acaba a los 60?

Estoy segura que aquella anciana que conocí en el centro comercial, ha sentido momentos  de soledad, pero ha sabido enfrentar su realidad positivamente. Nunca es tarde para tomar el toro por los cuernos ¡y vivir lo mejor de tu vida!

Para vivir lejos de la soledad:

  1. Haz un plan de actividades sociales donde te puedas involucrar con otras personas de tu edad y asistir a ferias de salud, bingos, juegos de dómino, grupos de baile, etc.
  2. Únete a vecinos para caminar por la comunidad o inscríbete en un gimnasio que ofrezca descuentos para jubilados. Pregunta a tu seguro médico si ofrecen membrecías gratis para gimnasios.
  3. Nunca dejes de arreglarte y sentirte bella; vayas a la iglesia, al supermercado o a la farmacia ponte bonita: maquíllate, perfúmate y sonríe.

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