¿Alguna vez te has detenido a contar cuántas veces al día estás autocriticándote y comparándote con otras personas, en especial con otras mujeres? El acomplejamiento es algo que todas sentimos en cierto punto de nuestras vidas. Constantemente estamos cuestionando nuestro físico, nivel intelectual, habilidad de socializar o situación económica. Sin embargo, hay tanto por lo que debemos estar agradecidas, en especial, el mero hecho de ser mujer, a pesar de todos los obstáculos que enfrentamos en la sociedad día a día. Es por eso que es esencial para nosotras entender de dónde vienen estos complejos y cómo podemos atacarlos.
Según Janice Miller, psicóloga en la Universidad del Estado de Lousiana en Alexandria, la raíz del problema se encuentra en el modo de crianza que se le da a niños de ambos géneros. Ella considera que es responsabilidad de la familia, como influencia primaria en la formación de toda persona, promover que las niñas deseen alcanzar ciertas metas en su vida profesional. En el caso de los varones, se les debe enseñar desde una edad temprana a aceptar a una mujer profesional como un ser igual que puede ayudarlo, y no como una amenaza a la población. Es precisamente la falta de esto lo que ocasiona que muchas se conviertan en el soporte familiar única y exclusivamente dentro de la casa.
Miller además informa que, más adelante, toda mujer pasa un período sumamente incómodo al llegar la pubertad. Además de que el cuerpo comienza a cambiar, comenzamos a vernos influenciadas por las amistades y la sociedad. Es por eso mismo que comenzamos a criticar nuestro físico y a compararnos con otras personas, en especial porque a esa edad los chicos le dan mucha importancia a la joven que es atractiva y no a la que es intelectual. Es sumamente importante, entonces, que nos integremos en grupos sociales donde se promueva el que una chica establezca metas en su educación y más adelante, en su vida profesional. Necesitamos rodearnos de amistades que nos dejen saber que somos personas hermosas tanto por fuera como por dentro, para así mantenernos en el camino indicado y superarnos.
«Las niñas ven personajes que les gusta por televisión y quieren ser como ellas. Luego al crecer, se convierten en mujeres que se las pasan comparándose con otras mujeres, que a su vez se comparan con otras mujeres, y es un ciclo sin fin», explica Miller. Es por esto, que esta especialista recomienda un excelente ejercicio para eliminar el complejo. «Toda acción negativa surge por un pensamiento negativo. Antes de salir del hogar todos los días, les sugiero que se paren frente a un espejo y piensen todo lo positivo que poseemos. Cualquier pensamiento negativo que surja, debemos atacarlo. Usualmente nos estamos criticando un centenar de veces, pero es rara la vez que pensamos algo positivo de nosotras mismas. Es por eso que le recomiendo este ejercicio a mis estudiantes. Puede sonar cursi, pero no es algo fácil el vencer estos pensamientos dañino. Pero es necesario el saber estimarnos. Al igual que motivamos a nuestros seres queridos, podemos también hacerlo por nosotras mismas».