Por María Marín
Pocas mujeres se lanzan a la maternidad pensando en criar a sus hijos solas. Pero ya sea por divorcio, abandono, o viudez tienen que asumir el reto de salir hacia delante solas. Una de ellas fue mi abuelita quien aún con tres niños, (¡en el 1942!) tuvo el valor de dejar a un hombre infiel y alcohólico. Debo resaltar que en aquellos tiempos el término «madre soltera» o las leyes de pensión alimenticia no existían.
Las mujeres que permanecen en una relación abusiva y dicen: «yo sola no podría sobrevivir» o «no quiero llevar el sello de «madre soltera», les comparto la historia de mi abuela. La admiro porque ella prefirió enfrentar la vida sola, antes de aceptar a alguien que no la respetara.
Los tiempos han cambiado, en la actualidad, más de 19 millones de hogares en los Estados Unidos son liderados por un padre o una madre solteros, lo que significa que el 59 por ciento de los niños de este país viven con un solo progenitor.
A continuación quiero compartir algunos consejos que mi abuela me dijo deben seguir aquellas que les toca encargarse de la maternidad solas:
- Si el papá de tus hijos no está presente, rodéate de otros seres queridos como tíos, hermanos o abuelos que representen la figura paterna que les enseñará a desarrollar el rol de líder.
- Las que tienen varoncitos, recuerden que a ellos no les toca ser «el hombre de la casa» o «cuidar a mami», ¡son niños! Es bueno establecer rituales como sentarse a la mesa a cenar o ir al parque en los fines de semana.
- No te afanes con tu trabajo para darles una «vida mejor» en el aspecto económico, el tiempo compartido es más valioso que cualquier lujo. Además, Las actividades divertidas no necesariamente requieren dinero.
- Sé firme en la disciplina. Muchas madres solteras se sienten culpables porque tienen que trabajar y no puede dedicarle a los niños el tiempo que quisieran, por eso, para disminuir la culpa, cada vez que el hijo tiene un antojo, lo complace sin darse cuenta del daño que le ocasiona.
Mi abuela decía que lo más importante en la vida es mantener una actitud positiva y valorarte a ti misma. Ella nunca reprochó o se expresó negativamente de los hombres, jamás dijo: «¡todos los hombres son iguales!». Debido a su buena actitud y gran sentido del humor, años más tarde encontró a un solterito maravilloso que la ayudó a criar a sus tres hijos. Te sugiero seguir sus consejos.
María Marín