Atrévete a llegar lejos
Las mujeres hemos logrado igualdad con los hombres en muchos aspectos, no obstante, todavía nos falta mucho por alcanzar en el campo laboral. Podemos echarle la culpa de esta injusticia al conocido concepto del techo de cristal, esa barrera invisible que encuentran las mujeres en su desarrollo profesional, lo cual no les permite crecer y llegar a puestos de liderazgo. Sin embargo, aunque este techo imaginario puede influenciar mucho, debemos tomar responsabilidad de nuestras acciones, pues hay ciertos comportamientos de las mujeres que, sin darse cuenta, limitan su crecimiento profesional.
1. Miedo a pedir– Una de las principales razones por la que las mujeres ganan menos que los hombres en al ámbito laboral es porque no se atreven a pedir más compensación. Los estudios muestran que los hombres negocian su sueldo ocho veces más que las mujeres. ¿Y por qué? Cuando una mujer va a una entrevista de trabajo y le ofrecen cierta cantidad, ella tiende a aceptar sin reparos, por temor a perder la oportunidad, o que otros digan esta mujer todavía no comienza a trabajar y ya está exigiendo. Por el contrario, en la misma situación, un hombre diría: ¿Es ésta es su mejor oferta?, porque yo merezco ganar más.
2. Evita ser sentimental– Una mujer emocional es percibida como alguien frágil, por eso, el lugar de trabajo no es el sitio para llorar o demostrar tus debilidades. Es cierto que las mujeres somos más emocionales y sensitivas que los hombres, pero eso no quita que tenemos la capacidad de alcanzar puestos de liderazgo y marcar una diferencia mostrando nuestras cualidades.
3.
Deja la sencillez a un lado– Las mujeres cometen el error de no echarse porras. Cuando alguien las felicita por su buena labor, humildemente dicen; no fue gran cosa, cualquiera hubiera hecho lo mismo. Para crecer tienes que permitirle a otros reconocer tus esfuerzos. Nunca tengas miedo de hacer alarde de tus capacidades.
4. Proyéctate como jefa– Tu lenguaje corporal debe mostrar una seguridad apabullante, para ello, camina derecha y con los hombros hacia atrás, siempre has contacto visual y sobretodo muestra una gran sonrisa. También la forma en que te vistes, maquillas, peinas y hasta los accesorios que usas envían un mensaje. Por eso, asegúrate de que tu imagen envía el mensaje de: «¡yo soy una líder!». Quieras o no, tu apariencia es uno de los factores que determina cómo otros te perciben.
Las mujeres debemos ser perseverantes en nuestro crecimiento profesional. En vez de quejarnos de no tener los mejores puestos, debemos usar esa energía para demostrarle al mundo que tenemos la capacidad de ser líderes y marcar una diferencia sin perder la esencia de ser mujer.
¿Existe la suerte en el amor?
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