Rutina para atacar el insomnio
Por Carmen Birriel
Todas las personas tienen noches de desvelo ocasionalmente; sin embargo, un 30 por ciento de estadounidenses aseguran padecer de insomnio permanentemente, según una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño. Y cuando no duermes bien, tu día podría comenzar mal desde el momento en que suena el reloj despertador; se afecta la capacidad para cumplir con tus responsabilidades diarias; no te puedes concentrar en tu trabajo y se te olvidan cosas tan simples como pagar una cuenta, comprar algo que necesitas en el supermercado o hacer una llamada importante. Por otra parte, además de sentirte extenuada y malhumorada, luces ojeras que ningún corrector o crema para ojos pueden borrar.
Antes de recurrir a medicamentos para dormir (que consecuentemente te causarán otros problemas) opta por tratar una rutina contra el insomnio:
- Evita situaciones estresantes antes de dormir: como ver tus cuentas por pagar o si tienes algo serio que hablar con tu pareja; hazlo en otro momento.
- No hagas ejercicios tres horas antes de ir a la cama.
- Toma una ducha tibia con un jabón que contenga lavanda. Si tienes tiempo, toma un baño con agua tibia; agrega 15 gotas de lavanda y una cucharada de sal marina.
- Mantén el televisor y la computadora fuera del dormitorio. Sin embargo, puedes escuchar música suave.
- No tomes alcohol en la noche y evita tomar cafeína ocho horas antes de acostarte; esto incluye té y sodas oscuros.
- Trata remedios caseros, como tomar agua de azahar con azúcar, agua caliente con hojas de menta (déjala enfriar antes de tomar) o poner unas ramitas naturales de eucalipto, azahar y manzanilla dentro del cubre-almohada.
- Nunca te acuestes con hambre, ni tampoco comas demasiado; ambas situaciones te robarán el sueño.
- Vez apagando las luces en el interior de tu casa poco a poco y mucho antes de acostarte.
- Come pavo en la cena. ¿Te has fijado cómo a todos en la familia les da sueño después de comer abundante pavo el Día de Acción de Gracias? Este alimento contiene una sustancia que actúa como antidepresivo en el cerebro y se convierte en serotonina, un neurotransmisor que provoca el sueño. Alimentos altos en carbohidratos, como el pan, el arroz y las papas también provocan el sueño.
- Los productos lácteos también contienen ese inductor natural del sueño llamado L-triptófano. Así que, un vaso de leche tibia, un yogur o un pedazo de queso puede ser la merienda perfecta antes de acostarte.