Por María Marín
La otra mañana me encontré con una fiesta de hormigas en la cocina de mi casa. Cada vez que dejo algún rastro de comida, salen todas a socializar. Cuando esto sucede, acostumbro pasar un trapo húmedo con agua y jabón para limpiarlas. Sin embargo, esta vez, en el preciso momento en que iba a desaparecerlas, observé algo inesperado e inspirador. Había un grupito de seis hormigas que estaban transportando con sus tenazas una diminuta migaja de pan. Las vi tan hacendosas, organizadas y trabajadoras que no tuve corazón para aniquilarlas. Esta escena me hizo reflexionar. Hay mucho que podemos aprender de ellas.
Antes de que llegue el invierno, las hormigas están muy ocupadas por todos lados -incluyendo mi cocina- recogiendo provisiones para cuando llegue el frío. Ellas aprovechan los tiempos buenos para almacenar comestibles y así estar preparadas cuando se den los tiempos difíciles. Así mismo, nosotros deberíamos ahorrar y no malgastar nuestro dinero para así estar preparados durante una crisis económica. Esto no significa que seas un tacaño miserable y que dejas de disfrutar el presente para guardar dinero debajo del colchón, pero antes de despilfarrar tu cheque pregúntate: “¿Realmente me hace falta esto o es un capricho?”
Pero las hormigas no son las únicas que se preparan para enfrentar las tempestades de la vida. Hay otros en el reino animal de los cuales podemos aprender mucho. Por ejemplo, cuando un águila se encuentra con mal tiempo, en lugar de volar a través de la tempestad, majestuosamente y sin perder la calma, comienza a abrir sus alas hasta extenderlas a ocho pies de ancho y se eleva hasta lograr una altura donde el clima está despejado. De igual forma, cuando alguien te provoque, en vez de rebajarte y enfrentarlo, actúa como el águila; ignora los ataques y elévate a un nivel, donde siempre hallarás la paz.
Por otra parte, una serpiente nos enseña a superar los tragos amargos del ayer. Este reptil tiene que mudar su vieja piel para liberarse de parásitos y rastros de picaduras que hubieran ocurrido en el pasado; sólo así puede continuar con su proceso de crecimiento. De la misma manera, tú también tienes que liberarte de miedos y resentimientos del pasado que no te permiten dar lo mejor de ti.
Te motivo a que adoptes a una hormiga, un águila y una serpiente como mascotas, ¡por supuesto imaginariamente! Estas te inspirarán a gastar con mesura, a guardar la calma cuando alguien te provoque y a liberarte de las cargas emocionales del pasado para que puedas ser feliz y tener éxito en la vida.