La educación de tus hijos comienza en casa…Mira a tus hijos como una “versión mejorada” de ti. Controla esas cualidades tuyas que no te enorgullecen e incúlcales conductas que lograrán que sea amado y admirado por los demás. Exprésales tu amor sin vergüenza con acciones y palabras, para que estén en contacto con sus sentimientos; demuéstrales honestidad en cada uno de tus tratos, para que sean transparentes; y, sobre todo, trátalos con respeto para que entiendan lo que deben esperar en cada relación que sostengan. Sé ejemplo de lo que deseas ver en tus hijos. Así como lo malo se pega, ¡lo bueno también se pega!