Agradece en vez de reprochar…
Alaba en vez de criticar…
Sueña en vez de lamentarte…
Actúa en vez de detenerte…
De hoy en adelante abre tu mente y tu corazón, encuentra un momento cada día en el que puedas decir en voz alta ¡estoy agradecido por todo lo que veo, oigo, palpo, respiro y saboreo…! ¡Qué afortunado soy!