Cuando permites que la ansiedad y el desespero controlen tu vida, ten por seguro que aceptarás en tu vida personas y situaciones que más tarde reconocerás no eran lo mejor para ti. Y como un círculo vicioso tendrás que empezar una y otra vez… Aprende a esperar en grande, tú no mereces migajas! Por eso, NO ROMPAS los planes que Dios y la vida tienen para ti.