Amiga, bien dicen que no existe más ciego que el que no quiere ver. ¿Te suena este dicho? Sí, me refiero a esos cabos sueltos que se te presentan exactamente en tu cara, pero no los ves. Esos pasajes que te dicen que tu pareja te es infiel o que te dan pruebas indirectas pero no las quieres ver.
Eso precisamente es de lo que me habla mi invitada Martha Socarrás, quien vivió un caso muy pero muy triste y que te «enchinará» la piel.
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