Por María Marín
¿Se puede lograr una vida familiar feliz? ¡Claro que sí!, pero hay que esforzarse diariamente para lograrlo. Crecí en un hogar armonioso. Eso no significa que nunca hubo peleas y desacuerdos. ¡Pregúntales a mis hermanos! Pero hubo cinco leyes que mi familia siguió para mantenernos siempre unidos. Te sugiero implementarlas en tu hogar.
1) Cenen juntos. Que quede claro que no se debe ver televisión, hablar por celular o enviar textos a esa hora. Es la oportunidad perfecta para que cada miembro comparta sus experiencias, puedes preguntar: ¿dime qué fue lo mejor y lo peor que te pasó en hoy?
2) Controle su temperamento. Se puede discutir, pero cuidado en la forma que lo haces. Si pierdes el control durante una discusión lanzando objetos y gritando, estás faltando el respeto y se inicia el deterioro familiar. Cuando estés a punto de perder los estribos, di: «me voy a retirar» y regresa cuando estés más calmado.
3) Propicia la comunicación abierta. Cada miembro debe sentirse capaz de decir lo que siente y lo que quiere con absoluta libertad. Aunque no estés de acuerdo con alguien, debes estar abierto a escuchar su punto opinión. Escuchar, es sinónimo de respetar.
4) Distribuya su tiempo. Hay quienes trabajan incansablemente para darle lo mejor a sus hijos y se olvidan que ellos lo que más necesitan es tiempo. Existe un orden de prioridades que nunca debes alterar: #1 Dios, #2 familia, #3 trabajo. Si cambias este orden, la unión familiar se desintegra.
5) Exprese su amor. Algunos piensan: «Ellos saben que yo los quiero, no tengo que decirlo». Las personas se sienten más cercanas a un familiar que continuamente les expresa su amor, que otro que no lo hace. Todos quisiéramos dejar una herencia al morir. Lo más valioso que puedes dejarle a un ser querido no son posesiones ni dinero, el legado más duradero es haber sido una persona amorosa. Diles diariamente «te quiero mucho».
La familia es un preciado tesoro. Las parejas van y vienen y los amigos pueden ser temporeros, pero tu familia siempre será fiel, constante y el nido donde siempre podrás refugiarte.