Por Joyce Pagán
Recuerdo un anuncio que salía en la tele a finales del siglo 20, de una iglesia que decía: EL HOMBRE DEL SIGLO 20 ES UN HOMBRE SOLO. Me parece que el hombre del siglo 21 sigue siendo un hombre solo también y quizás más solo aún por varias razones sociales tales como la desintegración de la familia, las personas de edad avanzada, la tecnología, el deterioro de los valores, la falta de confianza y la violencia generalizada ante la crisis de las Instituciones de Justicia.
Las estadísticas de divorcio y hogares rotos son alarmantes, de esta situación hay padres y madres criando a hijos solos. Los hijos se van del hogar por mayoría de edad o para hacer sus vidas o estudiar fuera y queda atrás un padre o madre sólo se conoce como el síndrome del nido vacío.
Muchas personas en la edad de oro, son abandonados por sus familiares y se sienten desamparados y solos carentes de afecto. La tecnología como el internet irónicamente nos acerca a personas de otros países pero nos aleja de nuestro entorno y nos aísla de los demás. La violencia se apodera de la sociedad, que a veces nos obliga a permanecer guardados en nuestros hogares que de lejos simulan cárceles por que vivimos encerrados por miedo a salir.
La sociedad promueve la soledad que a veces se convierte en un gran mal social que aqueja a la mayoría de la población de nuestro país y el mundo.
Sin embargo, la soledad es una gran experiencia sino se trata de la sensación de desolación. La soledad representa una gran oportunidad para que el ser humano mire hacia adentro de su ser, se conozca mejor y pueda enfrentar y vencer sus miedos internos.
Para sentir la soledad como una bendición, primero debemos trabajar con nuestra auto estima, tenemos que conocernos mejor, aceptarnos como somos y amarnos como somos, con nuestros defectos y virtudes, con nuestras debilidades y grandezas.
Si tú no te amas a ti mismo, la soledad puede representar para ti enfrentarte a un gran vacío existencial, a la nada y sentir que te devora el ser, ansiedad, miedo y angustia. Hay gente que no soporta el silencio, por ejemplo llegan a su casa y rápido encienden la radio o el televisor por el silencio los descontrola.
La realidad es que el silencio y la soledad son dos elementos que te ayudan a manejar tus conflictos y ver tu verdadero corazón. La ventaja de ello estriba en que la felicidad nace de adentro de ti y no de la gente que te rodea. Si tú no eres tu mejor amigo, si tú no te caes bien a ti mismo y eres tu mejor compañía, nadie lo va a poder ser y vas a crear relaciones de co-dependencia, las cuales no son en nada saludables.
Para que tengas una idea son co-dependientes, aquellas personas que han vivido con alcohólicos, drogadictos, jugadores, comedores compulsivos, fanáticos del trabajo, del sexo, criminales, adolescentes en rebelión, neuróticos u hombres o mujeres violentos durante algún tiempo prolongado.
Cierto es que la mayoría de las personas quiere estar sana y vivir sus vidas lo mejor posible. Pero la mayoría de los co dependientes han estado tan ocupados resolviendo y atendiendo los problemas de esas otras personas que no han tenido tiempo para ocuparse de sus propios problemas, porque prefieren vivir la vida de otros que la propia vida de ellos.
En la Biblia, se menciona la emoción de la soledad, en Génesis 2:8, dice refiriéndose a Adán, NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTE SOLO. David experimento este sentimiento ( Sal. 38: 11; Sal. 102: 7) Jesús profetizó que lo dejarían sólo (Juan 16: 32), El apóstol Pablo también lo experimento. ( 2a Tim. 4: 16)
La soledad no tiene porque ser un martirio en tu vida, si no que puedes usarla a tu favor, como una herramienta de crecimiento espiritual y como una herramienta para conocerte mejor y evolucionar en todos los aspectos. Hay que vencer el miedo a la soledad.
Mucha gente la soledad le crea un vacio, sin embargo ese vacío existía de antes solo que lo maquillabas con co dependencias y falsedades y al aflorar te sientes sin sentido ni propósito en tu vida, como si nada te llenara y puede ser que no sepas que es lo que verdaderamente te hace feliz y te llena.
Existen tantas cosas en las que podemos ocuparnos para manejar la soledad, como por ejemplo:
1- Cultivar la presencia y conexión divina con el creador y sus Ángeles,
2- Apoyar a las personas que se sientan solas.
3- Ser voluntario en hogares de ancianos y/o niños o mujeres maltrados.
4- Aumentar nuestro conocimiento, tomar clases etc.
5- Saber que no estás solo que un Ángel de la guarda te acompaña todo el tiempo 24/7
6- Usa tu tiempo de soledad para orar
7- Escribe cómo te sientes.
8- Usa el tiempo para desintoxicarte y cambiar las relaciones de co-dependencia.
9- En casos que lo ameriten busca ayuda profesional.
10- Visita una Iglesia de tu predilección, habla con tu Pastor, Sacerdote o Guía Espiritual.
11- Cambiar tu actitud sobre la soledad verla como una emoción natural que tú puedes controlar y no que ella te controle a ti.
12- Aprovechar la soledad para tu evolución y crecimiento personal y espiritual.
13- Usa la soledad para amarte, quererte, conocerte mejor y aceptarte como eres.
14- Trabaja por tu felicidad y armonía y tu propia vida.
¡Bendiciones para todos!
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