¿Sabías que las mamás también pueden brindar un amor tóxico a sus hijos y hacerles daño, sin ninguna mala intención?
Si tienes hijos ¿con cuál de los siguientes tipos de madre te identificas? o ¿cuál se parece más a tu madre?
Mamá pulpo
- Es la que vigila a sus vástagos y extiende un tentáculo para traerlos de regreso si se le escapan. Puede hacer infinidad de cosas a la misma vez.
- Sobrecargada de labores, soluciona los problemas que ellos ocasionan hasta el punto de sentirse exhausta y de mal humor.
- Si un hijo decide independizarse, ella se resiente y se lo echa en cara: «Tanto que he hecho por ti y ahora me abandonas», es la típica frase que sale de sus labios.
Mamá leona
- Brinda cuidados, alimento y protección a sus hijos, defendiéndolos con todas sus fuerzas. Suele ser madre soltera, o es la principal proveedora de su hogar, aunque tenga marido. Es luchadora, toda una guerrera.
- Enseña a sobrevivir a sus crías, las que aprenderán a valerse por sí mismas cuando ella deje de protegerlas del mal.
Mamá gallina
- Es la sobreprotectora afectuosa que coloca a sus hijos bajo sus alas. Ellos la siguen a donde ella va y hacen lo que ella quiere.
- Se los lleva con ella al trabajo, de ser posible.
- A diferencia de la mamá pulpo, suele ser más tierna y cariñosa.
- Su problema es que quisiera que sus hijos vivieran bajo sus alas toda su vida y no los prepara para volar por sí solos.
Mamá cebra
- Su mundo comienza y termina en sus hijos. Lo único que sabe hacer es cuidar a sus crías. No es competente para nada más. Tal vez en el reino animal eso sea suficiente, pero no lo es para los seres humanos.
- No sabe ni quiere trabajar fuera de la casa, inclusive cuando los niños van al colegio y ella tiene tiempo para hacerlo. Le falta fuerza personal para sobrevivir a las grandes tormentas de la vida.
Mamá jirafa
- Es olvidadiza, distraída y de ritmo lento.
- Cuida a sus crías lo suficiente para que sobrevivan y punto. No tiene ni pizca de sobreprotectora.
- Por su largo cuello, hay una gran distancia entre su cabeza y su corazón, de allí que practique la distancia afectiva.
- Suele ser egoísta. No se involucra en la vida de sus hijos, ni siquiera de niños.
Ninguno de estos tipos de madre es recomendable o positivo. Podemos aprender algunas cosas del reino animal, pero muchas más son las que los animales podrían aprender de nosotros, si tuvieran la capacidad de hacerlo.
Las madres de la especie humana, con muchos siglos de práctica, hemos descubierto que “Cuanto mejor seas ahora, más seguro es que, a la larga, ya no serás necesaria”.