Hay tres vértices en la pirámide amorosa que hacen que las relaciones de pareja funcionen: la FIDELIDAD y la CONFIANZA unidas por la COMUNICACION. Las primeras dos son como las dos caras de una misma moneda. Si una de ellas tambalea, es muy probable que el amor que sentíamos por la otra persona deje de manifestarse en nuestra relación.
Se supone que cuando hay suficiente CONFIANZA en una relación comprometida, y ambos se han sido fieles, lo recomendable sería que no se guardaran secretos.
Entonces es cuando aparece la complicada pregunta: ¿Podemos o debemos contarle a nuestra pareja que nos atrae otra persona?
Tener pareja no anula nuestra capacidad de sentir atracción y, por tanto, nos podrían atraer otras personas, aunque tengamos una relación de pareja estable y hasta extraordinaria.
El sentimiento de atracción hacia alguien no es como un interruptor que tú conectas o desconectas cuando quieres. Tiene que ver con la química cerebral, con las sustancias químicas, neurotransmisores y hormonas que entran en ebullición cuando esa persona se nos acerca. No podemos decidir de manera consciente si alguien nos atrae o no, ni tampoco cuándo queremos que una persona nos atraiga. Se siente sin más, surge de manera natural y obedece a patrones mentales.
Ahora bien, lo decisivo es qué se hace con ese sentimiento de atracción. Cada persona es responsable de manejarlo como desea. Puedes dejarlo ahí, sin más, sin alimentarlo ni dar una oportunidad para que crezca y se transforme en algo más que simple atracción; o puedes darle un espacio en tu vida y potenciarlo, haciéndolo más grande, convirtiéndolo así en una amenaza para la continuidad de tu relación de pareja. Y entonces, el asunto se convierte altamente peligroso.
Hay una línea que separa la atracción del amor, pero es muy fina y si te la saltas, entrarás en un terreno que podría poner en riesgo tu relación de pareja estable, sobre todo cuando en tu relación ya hay problemas y las cosas no funcionan del todo bien. Es en estos casos cuando con mayor probabilidad optarás por no poner freno a la atracción que sientes.
Entonces, ¿se lo cuento o no? Sería bueno que todas las parejas estuvieran igual de evolucionadas para que pudieran hablar abiertamente de este tema, pero la realidad no es así.
Si hay que contárselo o no a nuestra pareja dependerá del nivel de desarrollo en el que se encuentre la relación. Voy a darte un ejemplo: José y María están casados. María invita a una amiga frecuentemente a la casa y José se siente atraído hacia ella.
Entonces, él se atreve a decirle a su esposa: “Mi amor, preferiría que no invites a tu amiga a casa porque siento cierta atracción por ella y no quisiera que este sentimiento crezca… Mejor se reúnen en casa de ella o en otro lugar… Quiero serte fiel, inclusive con mis ojos y mi pensamiento”.
Tal honestidad debiera afianzar la confianza entre los dos, si María es una mujer inteligente y segura de sí misma. Él no le oculta nada … ¿qué más se puede pedir?
En una relación sana, simétrica y equilibrada donde existen los tres ingredientes: FIDELIDAD, COMUNICACIÓN Y CONFIANZA, podríamos comunicar a nuestra pareja que nos sentimos atraídos por otra persona con total naturalidad, porque ambos sabemos que sentirse atraídos por alguien, no significa que sea amor. Y, además, los dos tienen claro que su pareja no alimentará esa atracción, ni la hará crecer porque hay un pacto de fidelidad.
En cambio, en una relación menos evolucionada, contar a nuestra pareja que nos atrae otra persona puede causar graves problemas y generar celos y desconfianza.
¿Qué tipo de relación es aquella en la que no existe plena confianza en tu pareja? ¿Es realmente una relación o es otra cosa? ¿Qué harías tú si te encontraras en esa situación?
Visita www.ladoctoraamor.com donde encontrarás los enlaces a sus redes sociales, su canal de YouTube, sus libros y la sección Consultas con sus servicios de consejería a distancia.