Un día mi mamá y yo estábamos viendo un concurso de belleza en la televisión, en el cual una de las participantes se había convertido en su favorita. Cuando estaban eligiendo a las finalistas me dijo: “Ojalá gane esa simpática dominicana”. La preferida de mi madre fue escogida como la ganadora y mi mamá saltó de la alegría.
Después que acabó el concurso, me paré para ir al baño y cuando regresé donde estábamos viendo la televisión, mi mamá expresó: “Ojalá escojan a la dominicana entre las cinco finalistas”.
Quedé sorprendida, pues juntas habíamos visto la coronación de “la dominicana”. Su comentario me entristeció mucho porque me confirmó que el Alzheimer había llegado a nuestro hogar. Mi mamá heredó esta enfermedad de su padre, hermana y tía, quienes fallecieron a causa de éste.
Alrededor de 46 millones de personas en el mundo sufren Alzheimer, una enfermedad mental progresiva donde la persona pierde la memoria poco a poco, los síntomas se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas.
Mi mamá recuerda perfectamente cosas que pasaron hace mucho tiempo, sin embargo su mente no puede retener acontecimientos que sucedieron recientemente.
Admiro su actitud ante el Alzheimer, ella acepta que lo tiene y dice: “No importa la enfermedad que tengas, todo está en tu mente, incluso cuando esa mente se te esté yendo”. Mi mamá asegura tener la fórmula para pelear su condición: “Hay que tener la mente ocupada, por eso tejo diariamente y hago sopas de letras”.
Además, no me cabe duda de que el amor por su familia y por la misma vida no le permiten vencerse.
Si estas pasando por una enfermedad que no tiene cura, te recomiendo la actitud de mi mamá: batallarla con positivismo, de igual forma toca pelearla, pero una buena actitud será tu mejor aliada y la de tu familia.
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