¿Sabes en qué se parecen un cuadrilátero de boxeo y una relación amorosa? En que en ambas hay que “tirar la toalla” de vez en cuando. En el boxeo, cuando el luchardo le han dado una paliza y está tan golpeado y débil que no puede continuar, su entrenador lanza una toalla blanca al piso para indicar que éste se rinde. En la mayoría de los casos, el boxeador cree que puede controlar la situación y no quiere parar la pelea, pero el entrenador sabe muy bien que sería un gran riesgo continuar la contienda, pues le puede causar graves heridas y hasta la muerte. Por eso, el entrenador decide que para el boxeador lo mejor es darse por vencido y rendirse.
En las relaciones amorosas sucede lo mismo; hay momentos en los que debemos “tirar la toalla” y aceptar que una relación no conviene. Pero como no tienes a un entrenador que te pare, tú aguantas por meses o años malacrianzas, faltas de respeto, humillaciones, celos, infidelidades o hasta golpes. Al igual que un boxeador herido, tú también debes retirarte a tiempo para evitar profundas heridas emocionales o físicas que pueden marcarte para siempre.
Para de invertir tu tiempo y esfuerzo en una relación que no tiene solución. Si diste lo mejor de ti y trataste por todos los medios de arreglar las circunstancias pero nada mejoró, es hora de retirarte a tiempo del cuadrilátero del amor. Renunciar no significa perder, más bien es un acto de valentía donde reconoces que esa relación no te conviene y la dejas ir. Acepta que hay cosas en la vida que aunque ruegues, llores y patalees no se van a dar, pero algo mejor se presentará.
Deshazte de lo que no te beneficia para que puedas abrir espacio y recibir lo que realmente está para ti, sólo permite a tu lado una pareja que al igual que tú, siempre tenga el deseo de vivir en paz y armonía.
Por María Marín