Por María Marín
Tengo un sobrino de 19 años al que nunca le he conocido una novia. Cada vez que le hablo de mujeres se sonroja. El único lugar donde se atreve a compartir con chicas es el Internet (allí tiene cientos de amigas). Le pregunté por qué no salía con ninguna amiga y respondió cabizbajo: «Soy muy tímido y me dan miedo las muchachas». A lo que respondí: «tu miedo no son las muchachas, ¡tu terror es que ellas te rechacen!»
Así como él, personas de todas las edades y clases sociales sufren de timidez. Este sentimiento afecta la manera en que los individuos se comportan con otros. Cuando tienen que socializar se sienten incómodos, nerviosos, avergonzados e inseguros. Incluso les tiembla la voz, les falla la respiración, les sudan las manos, se sonrojan los cachetes y hasta la mente se les puede quedar en blanco.
La timidez es exactamente lo opuesto a sentirte cómodo en tu propia piel. Las inseguridades de un tímido lo hacen titubear y pensar cien veces antes de expresarse. Sus tres temores más grandes son: miedo al rechazo, miedo a hacer el ridículo y miedo a equivocarse.
Todos sentimos cierto grado de timidez en situaciones que son nuevas para nosotros, pero cuando llega a extremos y se vuelve permanente, las personas pueden terminar alejándose de la sociedad por completo. Esta condición se conoce como fobia-social.
El error más grande que cometen las personas tímidas es que tratan de evadir situaciones en las que tengan que relacionarse con los demás, cuando estas oportunidades son precisamente las que tienen que enfrentar para poder salirse de su cueva y superar la timidez.
Si eres como mi sobrino que dice: «es que soy introvertido», «lo que a mi me gusta es aburrido para otros», «no me gusta molestar a nadie», por favor, ¡deja de utilizar tu timidez como una excusa para no enfrentar tus miedos!
No esperes a que un día te levantes y digas: «! Se me fue la timidez hoy tengo el valor para gritarle mi amor a la persona que me gusta!», pues te quedaras esperando para siempre.
Lo único que te ayudará a superar tu timidez es atreverte a acercarte a otros. Inscríbete a un gimnasio, una clase baile, arte o deporte y empieza por saludar a los desconocidos. Es normal sentirte incómodo al principio, pero poco a poco estarás más seguro de tus acciones.
Tu personalidad es un músculo que tienes que ejercitar, mientras menos socialices, más se atrofia tu espontaneidad.
Por eso le dije a mi sobrino: «tus amigos con novia sufren el mismo miedo que tu, la diferencia es que ellos no permiten que su timidez los paralice».