Desde que llegó el coronavirus, nuestras preocupaciones han ido cambiando según pasan los días. Al principio de la pandemia veíamos el contagio como algo lejano, pues no conocíamos a nadie con Covid-19.
En aquel momento lo que más nos preocupaba era tener suficientes provisiones en nuestro hogar para pasar la cuarentena, nos aterraba pensar que pasaríamos hambre o escasez.
Con el paso de los días esa preocupación fue reemplazada por la de nuestras finanzas, nos empezó a inquietar nuestra inestabilidad financiera y laboral debido a que esta pandemia se ha extendido mucho más de lo que esperábamos.
Y hoy día, luego de varios meses nuestra principal preocupación es otra; cada uno de nosotros conocemos a alguien que tuvo o tiene el Covid-19, o por lo menos conocemos a alguien que tiene un familiar o amigo contagiado.
Por eso, en este momento nuestra preocupación es nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Y por el aumento de los contagiados muchos pensamos ¿Será que yo también me voy a contagiar? Nos llenamos de miedo y es normal, pues estamos viviendo un momento que jamás hubiéramos imaginado y para el que no estábamos preparados.
Pero quiero recordarte que cuando la vida cambia y se vuelve más difícil, tú también cambias para volverte más fuerte. Así que en vez de preocuparnos y llenarnos de ansiedad y pánico, tengamos fe de que estamos protegidos y que todo esto pronto pasará.
Te invito a que juntos nos unamos en oración por la recuperación de los enfermos del Covid-19 y agradezcamos a Dios por la protección que nos ha dado a los que aún no nos hemos contagiado.
Me despido con este versículo de la Biblia que siempre me trae paz y tal vez a ti te contagie de ella: “No te inquietes por nada, mas bien en toda ocasión con oración y ruego, presenta tus peticiones a Dios y dale gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará tu corazón”. Filipense 4:6.
Para más motivación sígueme en:
Facebook: https://www.facebook.com/MariaMarinOnline e Instagram: @mariamarinmotivation