Qué se te viene a la cabeza cuando digo “Mi relación se acabó por otra?” seguramente creerás que fue culpa de una amante. ¡Pero no! Hay una tercera mujer que daña relaciones, genera conflictos y hasta destruye hogares. Ella es una de las principales causas de terapia de pareja porque su amor obsesivo provoca divorcios.
Esta mujer es nada más y nada menos que la temida suegra conflictiva, ¡ojo! No digo que todas sean así, pero no es un secreto que hay mamás que no comparten el amor de sus hijos con nadie. Esto sucede tanto con hombres como mujeres.
Reconocer estas suegras es fácil, es común escucharlas decir la famosa expresión “nuera”… que para ellas significa “no era” la que quería para mi hijo. Además brindan su opinión sin que nadie se las pida, defienden a capa y espada a su hijo/a, incluso cuando saben que lo que hizo no fue lo correcto, llegan sin avisar y siembran cizaña hasta lograr discordia en la pareja.
Y si este es tu caso, habla con tu conyuge, no tienes que pelear, ni hablarle ofensas sobre ella, recuerda que él la quiere tanto como quieres tú a tu mamá, simplemente expone tu inconformidad y pídele que entre ambos busquen una solución en la que haya un punto de equilibrio.
Si quieres resultados inmediatos, mudarte lejos de ella sería una fantástica solución, sin embargo si tu pareja padece de mamitis no accederá a esta petición, así que proponerle terapia de pareja para aprender a manejar esta situación es una buena opción.
Como dicen por ahí “es mejor tener el enemigo de cerca que de lejos”, así que si te tocó una de esas suegras que cree que eres una amenaza para ella porque teme que le robes la atención de su hijo/a, te sugiero que le cuentes algunos de tus problemas y pídele su consejo, al preocuparse de ti, olvidará el miedo de perder a su hijo/a porque sentirá que ha ganado un nuevo integrante en su familia.
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