Te aseguro que aunque estés en un hueco, siempre hay otro que esta más hundido que tú… Hasta que no reconocemos la abundancia que nos rodea, no podemos recibir más bendiciones. Por eso tenemos que ser un poquito como San Francisco, que humilde y sabiamente todas las mañanas daba gracias por el sol, por la luna, las estrellas, el viento, el agua y hasta las flores… Deja de pensar en lo que no tienes o lo que te falta y fíjate en las pequeñas bendiciones que te llegan a diario. Recuerda que siempre hay alguien que se muere por tener hasta lo que tú dejas y lo disfruta y lo agradece más que tú…