Por María Marín
Mi amiga luz y su esposo nos invitaron a un lujoso restaurante. Habíamos finalizado la exquisita y suculenta cena, cuando el mesero se acercó a preguntar que deseábamos de postre. Todos en la mesa, con excepción de Luz, nos tocamos el estómago insinuándole que estábamos a punto de”explotar”. En ese instante, Luz, quien había comenzado una dieta esa mañana, dijo “¿María, compartimos un pedacito de pastel de chocolate?, Y aunque a mi vientre no le cabía ni una menta, sin titubear le dije al camarero Umm… traiga dos cucharas por favor”, su marido se sonrió y comentó: “Por eso es que la mujeres son conocidas como el sexo débil”.
Las mujeres son las fuertes.
Aunque su observación fue sencillamente una broma, me hizo pensar “¿Por qué a las mujeres nos califican así?”
Esta interrogante me hizo investigar detalladamente el tema y descubrí que la única razón por la que nos denominan el sexo débil es porque nuestra estructura corporal generalmente es más pequeña que la de un hombre. Pero quise indagar aún más a fondo y quiero compartir contigo las asombrosas revelaciones que prueban que la mujer es, en realidad, el sexo fuerte:
Viven una vida más larga – Las causas de muerte más comunes son el cáncer, la diabetes e infartos, las cuales atacan con más frecuencia a los hombres. De cada nueve personas que llegan a cumplir 100 años, ocho de ellas son del sexo femenino.
Completan más trabajos – El cerebro del hombre piensa en forma linear y tiende a hacer una sola labor a la vez, mientras que la mujer tiene pensamientos entrelazados y pueden manejar varios trabajos al mismo tiempo. Mientras ayuda al niño con la tarea, puede cocinar, planchar, y hablar con su mamá por teléfono.
Son mejores empresarias – Las estadísticas muestran que las empresas dirigidas por mujeres tienden a permanecer vigentes por más tiempo que otras compañías. Esto se atribuye a que ellas se interesan más en llevar una buena relación con sus empleados y proveedores. También tienden a recopilar más información que un hombre cuando tienen que tomar una decisión importante.
Son superiores comunicadoras – Desde pequeñas somos más verbales que los varoncitos. Los expertos dicen que el estrógeno provee un mejor fluido de información hacia las neuronas facilitando nuestras habilidades lingüísticas. Por eso podemos persuadir a otros con más facilidad y somos mejores para negociar.
Tienen mejor audición – Los científicos han probado que además de que tenemos una audición más sensitiva y percibimos ruidos con más facilidad, también somos seis veces más hábiles que ellos para cantar entonadamente.
Tienen más destreza con las manos – Los estudios muestran que nuestro alto nivel de estrógeno lo hace posible. Por eso somos tan buenas para manejar objetos pequeños.
Poseen más resistencia sexual – El impulso sexual de un hombre llega a su máximo a los 20 años y luego comienza a disminuir, mientras que el de la mujer va aumentando y se intensifica en los 30, continuando fuerte por el resto de su vida. A diferencia del hombre, la mujer no necesita descansar entre cada acto sexual y puede experimentar múltiples orgasmos.
Son mejores testigos – Prestamos más atención a los detalles. Si una dama y un caballero presencian un robo al mismo tiempo, cuando el policía le pregunta al hombre que describa al ladrón, él dice: Um, creo que era alto…., mientras que una mujer diría, El ratero mide 6 pies con 2 pulgadas, cabello café claro, blue jeans desgastados y una camisa roja de manga corta con dos bolsillos y le faltaba un botón!…
Tienen mejor orientación para encontrar el camino – Si un hombre y una mujer se pierden. Ella tiene más oportunidades de encontrar el camino de regreso porque tiende a fijarse en señales para recordar el camino. Las mujeres desarrollaron la habilidad de memorizar lugares desde los tiempos antiguos cuando tenían que salir a buscar comida y regresar una y otra vez a un mismo sitio. Mientras que el hombre, rondaba toda la selva buscando presas.
Ven el panorama completo – Debido a la forma del globo del ojo, la vista del hombre tiene más profundidad, pero la vista periférica de la mujer es superior. Este talento nos ayuda a detectar si alguien está persiguiéndonos y también podemos examinar discretamente el lenguaje corporal de otros y captar mensajes no verbales.
Además de estos puntos, descubrí un sin número de razones que prueban que no somos el sexo débil. De hecho, estamos capacitadas física, emocional y mentalmente para tolerar más dolor que ellos. Somos procreadoras… ¿Hay que decir más?
Admiro al esposo de Luz porque reconoce que la única razón por la cual deben llamarnos el sexo débil, es por nuestra debilidad por el chocolate.
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