Por María Marín
Cada vez que voy a Los Ángeles y visito a mi sobrina Alexandra, literalmente sudo. Y no es porque el clima californiano esté candente, sino porque esta chiquita de nueve años no para de pedirme que practiquemos deportes, desde fútbol y baloncesto hasta gimnasia. Durante la última visita me encontré con un pequeño trampolín en la sala de su apartamento y ¡cómo brincamos toda la tarde!
La pasión de Alexandra hacia el soccer va más allá de juegos entre amiguitas. Ella participa de ligas y campeonatos deportivos en diversas ciudades, algo que sin duda ha contribuido en su desarrollo en general; es saludable y sobresaliente en sus estudios. Y si de algo estoy muy orgullosa, es que mi sobrina tiene la autoestima por las nubes y sin duda, cuando crezca, será una mujer con la falda bien puesta.
Está comprobado que los deportes son un tesoro, los niños que los practican son más seguros de si mismos. Además tienen menos comportamientos peligrosos, como el uso de drogas y alcohol, abandono escolar y presión de grupo. Y lo mejor es que la práctica de deportes mejora el rendimiento en clases y aumenta la comunicación con los padres.
Entonces, si el deporte es un valioso tesoro, ¿por qué tantos padres han dejado de regalarlo a sus hijos? Para muchos, la respuesta sería falta de tiempo. Es más fácil tener a un niño entretenido con video juegos que llevarlo a una clase de natación.
Cómo interesar a tu hijo en los deportes:
1. Si tu niño no ha estado relacionado al deporte que practicará en grupo, llévalo a jugar contigo antes de que se una al equipo. Por ejemplo, si es una liga de béisbol enséñale cómo batear la bola. De esta manera, no se sentirá frustrado en sus primeras prácticas.
2. Si tu hijo está adicto a los video juegos es momento de minimizar las horas que pasa frente al televisor. Escoge un día a la semana en que saldrán a jugar afuera. Poco a poco aumenta las horas hasta que superen el tiempo que pasa con los video juegos.
3. Cuando salgas a caminar o correr, lleva a tus niños contigo. Ellos te pueden acompañar usando sus patines o bicicletas.
Desde hoy descubre el tesoro del deporte y pon a tu hijo en movimiento. Recuerda que su éxito en el futuro no depende exclusivamente de su rendimiento académico, ni de cuántas cosas materiales le des, sino de cuán elevada esté su autoestima.