Una de las quejas que más escucho de las mujeres es: “Estoy muy vieja”. Continuamente escucho comentarios como: “Estoy muy vieja para aprender inglés”, “Estoy muy vieja para encontrar un nuevo amor”, “Estoy muy vieja para aprender a jugar tenis” … “Estoy muy vieja para buscar un nuevo trabajo” … “Estoy muy vieja para regresar a la escuela”. ¡Lo sorprendente es que he escuchado comentarios como estos hasta de chicas de 26 años!
“Estoy muy vieja” … es simplemente una excusa. Alguien que pretende alcanzar un sueño y se rinde porque piensa que le falta juventud, realmente lo que tiene es miedo a no lograr lo que se propone. Es mucho más fácil decir: “Estoy muy vieja”, que exponerte a fracasar. En cambio, puedes decirles a todos: “Yo hubiera sido una gran cantante (o actriz, o empresaria) pero se me hizo muy tarde”. Con esta excusa, en vez de arriesgarte te justificas contigo misma y no corres ningún peligro, pero en el fondo lo que te hace falta es seguridad en ti misma. La próxima vez que te sientas “muy vieja” para ejecutar algo, hazte la siguiente pregunta: ¿Existen mujeres de mi edad que han podido hacer lo que yo deseo? ¡Claro que sí!, entonces tú también puedes.
Una vez mientras visitaba la Ciudad de México, leí en un periódico acerca de una señora que a sus 90 años había decidido regresar a la escuela para graduarse de escuela superior, ¡¿te imaginas?! ¿Qué motivó a esta mujer a perseguir su sueño a una edad tan avanzada? En definitiva, no fue el dinero o la posición que alcanzarían, pues no creo que la abuelita pensara en fundar una empresa luego de acabar sus estudios, pero ella quiso cristalizar su anhelo por la satisfacción que trae realizar lo que realmente nos apasiona.
Tal vez piensas que tomará mucho tiempo o será difícil emprender algo que llevas posponiendo, pero te garantizo que cuando lo hagas vas a decir “¡estoy orgullosa de mí, lo intenté y lo logré!”
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