En los últimos años ha ocurrido un cambio en cómo afecta el divorcio a los hijos. Por muchos años se consideró el divorcio como un desastre familiar. Recientemente algunos teóricos consideran el divorcio como una crisis familiar que tiene el potencial, como toda crisis, de producir crecimiento y cambio.
Según el obispo Anthony O´Connell, ex presidente de la Comisión de Matrimonio y Vida Familiar de la Conferencia Episcopal Católica de Estados Unidos (1985) las reacciones psicológicas de los hijos al divorcio de sus padres, dependen de tres factores:
- La calidad de relación con cada uno de los padres
- La intensidad y duración del conflicto de los padres
- La habilidad de dichos padres para encarar adecuadamente las necesidades de los hijos durante y después del divorcio.
Así, cuando los hijos sostienen una relación contínua y de buena calidad con ambos padres, las probabilidades de que tengan relaciones balanceadas y funcionales en el futuro, es alta.
«Ya que los hijos aprenden a estar y a sostener relaciones significativas en función de las relaciones que sostienen con sus padres. Si se sienten seguros en sus relaciones con sus padres aprenderán, entonces, a confiar y a ser dignos de confianza en sus relaciones de adultos», explica el experto Joaquín Disla.
Si es la madre quien se queda con la custodia de los hijos, los padres deben comprometerse con la vida de sus hijos y, deben también apoyar en lo económico. No sólo esto es importante, el hijo necesita apoyo en otras áreas de la vida, como actividades deportivas, artísticas, extracurriculares, vestimenta, viajes, recreaciones, etc.
Un factor determinante es la actitud de la mamá hacia la relación del papá con el hijo. Cuando estos abandonan el matrimonio y se retiran de su rol de papá, se debe a los conflictos con la mamá, siendo esta la principal razón para ausentarse de la presencia de los hijos.
Reacciones de los hijos al enfrentar el divorcio de sus padres (según O’Connell):
- Negación
- Fuerte sentimiento de estar abandonado
- Preocupación sobre el obtener información acerca de lo que está pasando
- Enojo y hostilidad
- Depresión
- Inmadurez o hipermadurez
- Preocupación con la reconciliación de los padres
- Se sienten acusados y culpables por lo que ha pasado
Puntos para recordar:
Un cambio ha ocurrido en cómo afecta el divorcio a los hijos. Por años se consideró el divorcio un desastre familiar. Hoy algunos consideran el divorcio como una crisis familiar, que puede producir crecimiento y cambio.
Los hijos aprenden a sostener relaciones significativas en función de las relaciones que sostienen con sus padres. Si los hijos se sienten seguros en sus relaciones con sus padres aprenden a confiar y a ser dignos de confianza en sus relaciones de adultos.
La mayoría de las veces que los padres abandonan el matrimonio y se retiran de su rol de papá, se debe a los conflictos con la mamá. Hay que respetar la imagen que el niño debe tener de su padre y madre. Los estudios indican que los hijos terminan teniendo serios conflictos con el padre que le habla mal del otro padre.
Recuerda que en un divorcio los hijos deben sentir que no tiene la culpa, que seguirán siendo amados y protegidos. Por otra parte, deben ser informados del divorcio y del por qué los padres creen que se están divorciando, pero sin hablar el uno del otro.