¿Sabías que todas las religiones, tradiciones espirituales o filosofías del mundo están de acuerdo en que si pides algo a ese ser supremo en quien confías, sin duda te lo concederá? Por eso, hasta en la Biblia hay un pasaje que dice: “pide, y se te dará”. Puedes pedir todo lo que se te antoje, desde una casa, un auto y un empleo, hasta salir de tus deudas, bajar de peso o encontrar el amor de tu vida.
El universo está diseñado para proveerte todo lo que quieras y para lograrlo, sólo tienes que pedirlo con fe. ¿Qué significa esto? Que tienes que pedir con la certeza de que tu pedido llegará. Esta es la parte más difícil del proceso. Hay muchos que dicen: “Yo soy como Santo Tomás, tengo que ver para creer”. Pero la realidad es que, primero debes creer para entonces ver. Te recuerdo que tus inseguridades solo retrasarán el proceso de entrega.
Después de hacer tu petición con mucha fe, la próxima vez que te dirijas a ese ser divino, lo que harás es dar gracias porque tu pedido ya está en camino. Diariamente di en voz alta: “¡Gracias porque estoy en proceso de recibir lo que pedí!”.
Te advierto que en todo esto hay un pequeño truco; no siempre vas a recibir exactamente lo que esperas. Pero una de estas tres situaciones surgirá: te llegará exactamente lo que ordenaste, sino, obtendrás algo igual o sino llegará algo mejor.
Quiero repetir, insistir y machacar que es imposible pedir con fe y no obtener nada a cambio. Agradece apasionadamente y despreocúpate del resultado. Dios se encargará de hacerte la entrega, no necesariamente de lo que más quieres, sino de lo que Él sabe que más te conviene.
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