El cantante español Alejandro Sanz anda estos días con el corazón «partío» y no por un desamor. Se siente triste y cansado de batallar contra el mismo «demonio» que enfrentan los millones de personas que viven atrapadas en el oscuro túnel de la depresión.
Y que este famoso artista se haya llenado de valor para confesar lo que muchos sufren en silencio, merece más aplausos de los recibidos en tres décadas de carrera musical.
Pero más allá de apoyar a quienes sufren lo mismo que él, ojalá su confesión motive a muchos a cuidar de su salud mental, independientemente de que jamás se haya deprimido.
Si muchos de los problemas psicológicos que causan ansiedad, inseguridad y depresión tienen raíz en la falta de autoestima, lo más recomendable es preocuparte por valorarte constantemente y aumentar el amor propio.
ACEPTA QUE NUNCA ES TARDE: Por más difícil que haya sido tu niñez o cuántos tropiezos hayas tenido que atravesar en la vida, puedes aumentar tu amor propio en cualquier momento; la autoestima llega a su punto más alto entre los 60 y 70 años.
PRACTICA LA AUTO-COMPASIÓN: Aprende a tratarte a ti mismo con la misma amabilidad, comprensión y cuidado que le das a los demás. No te critiques, ni te juzgues duramente, sino que date el espacio y el tiempo que necesitas para crecer y mejorar. Además, perdonarte por todo lo que te haga sentir culpable es un componente clave del amor propio. Quizás no será un proceso rápido, pero jamás imposible.
MÍRATE MÁS FRENTE AL ESPEJO: Investigaciones científicas han confirmado que cuidar la apariencia y lucir bien no solo embellecen, sino que pueden fortalecer el ánimo de las personas. Mientras, el uso de maquillaje constante tiene el poder de fomentar la salud mental y contrarrestar la baja autoestima en las mujeres.
Con estos consejos no estoy diciendo que la razón por la cual Alejandro Sanz está atravesando una fuerte depresión está relacionada a su nivel de amor propio. Sin embargo, puedo asegurar que mientras más saludable sea la autoestima de cualquiera, más poder tendrá para curar un corazón «partío».
