Cuarenta y veinte

Mujeres que rugen fuerte

Por María Marín

Las mujeres puma, contrario al felino con el que se les compara, no están en peligro de extinción, sino que su especie sigue multiplicándose. En inglés les llaman las cougar, o mujeres puma,  a aquellas maduritas involucradas con los jovencitos.

Desde el principio de la humanidad era normal que un hombre pudiera capturar el corazón de una jovencita. Sin embargo, no sucedía que un joven se enamorara de una «señora». Pero los tiempos han cambiado. Ahora el 34 por ciento de las mujeres que tienen más de 40 años, se encuentran en relaciones con hombres más jóvenes que ellas.

Hay damas a quienes les fascinan los jovencitos por la vitalidad que estos traen a sus vidas. Al mismo tiempo hay muchos jóvenes que les gustan las mayores porque son más seguras de sí mismas, menos dramáticas, más independientes y saben lo que quieren y cómo obtenerlo.

Estos romances son mal vistos y criticados por muchos, pero ignoran los beneficios que una mujer obtiene al salir con un hombre más joven. A diferencia de los hombres mayores, no tienen costumbres arraigadas y están más dispuestos a ser flexibles y aceptar cambios.

Además, al tener una mentalidad más moderna, ven a las mujeres como sus iguales y no sienten la necesidad de dominarlas. Por eso, no se intimidan con el éxito de ellas y admiran sus triunfos. También, son más espontáneos, tienen más energía, se miran guapísimos y, por lo general, no tienen una ex esposa o hijos con que lidiar. Y, lo que verdaderamente endulza estas relaciones: las maduritas tienen más compatibilidad sexual con un jovencito que con un viejito. El deseo sexual de las damas comienza a elevarse a los 40, precisamente cuando el de ellos empieza a decaer.

En mi criterio, la única desventaja de estar con un muchacho más joven, es que más adelante te deje por otra más jovencita. Pero este riesgo se corre con un hombre de cualquier edad.

Los años de un individuo no tienen nada que ver con su calidad como ser humano. Al conocer a alguien, en vez de fijarte en su fecha de nacimiento, presta atención a sus valores morales. No cierres la puerta a tu corazón sólo por una diferencia en edad. Si tu «cachorrito» es íntegro, honesto, responsable y de buen corazón, dale una oportunidad, quizás la única diferencia que exista entre ambos es la música con la que crecieron.

Siempre habrá quien te critique, pero recuerda que a quien te juzgue, no le importas, y a quien le importas no te juzgará.

 

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