En estos días más que nunca es muy común ir manejando y ver en la esquina de una calle a un méndigo con un letrero que dice: No tengo trabajo, no tengo dinero y tengo hambre.
Pero, ¿qué pensarías si un día vas en tu auto y ves a un hombre con un letrero que dice: Tengo casa, carro y trabajo. ¿Necesitas dinerito para comprar un cafecito?
Si yo me lo encuentro, ocasionaría una congestión de autos porque me quedaría viendo el letrero, para asegurarme que lo que estoy viendo es real y una vez esté segura que leí bien, doy la vuelta para pasar otra vez por el mismo lugar ¡y colectar mi dinero!
Aunque suene increíble, esto le pasó a cientos de conductores en Oklahoma City hace tiempo cuando se toparon con Doug Eaton, un hombre de 65 años, que decidió, el día de su cumpleaños, pararse en una esquina a regalar billetes de $5.
Me dio una inmensa satisfacción ver las caras de asombro y alegría cuando recibían el dinero, dijo este señor cuando le preguntaron sobre su sorprendente idea y aseguró que esta ha sido una de las experiencias más gratas de su vida. Doug comprobó una vez más que es más placentero dar que recibir.
Sin embargo, la gran mayoría piensa que la felicidad se encuentra en recibir y no en dar. Pero, reflexiona por unos minutos en aquellas ocasiones donde más satisfecha te has sentido. No me cabe duda que en ese momento estabas dando algo.
Tal vez dabas tu tiempo, entregabas tu amor, compartías tus conocimientos y talentos, dabas a luz un hijo o sencillamente dabas un obsequio . ¿Te das cuenta? Tus momentos de más orgullo y felicidad sucedieron cuando regalabas algo al mundo.
Entonces, ¿quieres sentir felicidad? Te motivo a que esta semana pongas empeño en dar, dale ánimo a quien lo necesite, dale una limosna a un pordiosero, dale un like a quien te hizo reír en Facebook o regálale una sonrisa a quien veas triste.
La satisfacción más grande que existe está en dar, y cuando lo haces, automáticamente te sientes feliz.
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