Tengo una amiga que lleva 5 años de matrimonio y dice que adora a su marido, sin embargo se queja de que él le da demasiada importancia al sexo. Ella quisiera que su esposo fuera más sensitivo y tierno. Me atrevería apostar que todas mujeres, al igual que mi amiga, desean que su amado fuera menos carnal y más romántico.
Lo irónico es que los hombres desean exactamente lo opuesto. Ellos quisieran que nosotras fuéramos menos sentimentales y más eróticas.
Es evidente que nuestras necesidades son diferentes. Desde pequeños tenemos diferentes intereses y actitudes. Por ejemplo: entrégale dos muñecas a una niña y seguramente las peinará, vestirá y finalmente las pondrá a dormir luego darles el besito de las buenas noches. Sin embargo, regálale dos muñecos a un varoncito y los pondrá a pelear o los usará como proyectiles.
Somos diferentes físicamente, sicológicamente, emocionalmente y temperamentalmente.
Así que no es sorprendente que no seamos iguales sexualmente. Nosotras, opuesto a ellos, podemos sentir un gran éxtasis con tan solo abrazarnos y acurrucarnos tiernamente con nuestra pareja, mientras que un hombre depende del acto sexual para sentirse realmente satisfecho.
Nosotras tendemos a percibir el deseo sexual de los varones como una satisfacción estrictamente física. Sin embargo, un estudio demostró que el 97% de los hombres dice que tener sexo no es suficiente, sino que lo que es aún más importante es sentirse deseado por su pareja. O sea, cuando una mujer tiene sexo sencillamente por cumplir, pero lo hace «sin ganas», esto hace al hombre sentirse vacío.
Para una dama lo primordial en una relación es la comunicación, para ellos lo más importante es sentirse respetados y apetecidos por su pareja. El sexo para los caballeros es lo que la comunicación verbal es para las mujeres. Por eso, el dolor que nosotras sentimos cuando nuestra pareja deja de hablarnos y nos ignora se compara con el sentimiento que ellos experimentan cuando le negamos la intimidad.
Cuando un hombre desea hacer el amor y le dices: «Me duele la cabeza», «estoy cansada», «no tengo ganas» le hieres su frágil ego y destruyes su auto estima. Según los sicólogos, si la vida sexual de un hombre no es saludable, entonces se siente inseguro, infeliz y mal consigo mismo.
Ahora que mi amiga entiende por qué los hombres le dan tanta importancia al sexo, también comprendió que cuando su esposo se acerca no es únicamente placer físico lo que busca, sino que realmente lo que quiere es sentirse amado y deseado. El corazón masculino es más tierno de lo que muchas mujeres piensan.
Después de todo, ambos queremos lo mismo, lo único que nosotras lo pedimos de una forma diferente.
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