La búsqueda del hombre ideal puede dejarte exhausta y frustrada, especialmente cuando crees que encontraste al hombre perfecto y después de varias citas espectaculares, hace ¡puff! como si la tierra se lo hubiera tragado.
¿Por qué? posiblemente cometiste un grave error en el juego de las citas: estabas demasiado disponible. Lo bombardeaste con llamadas, textos, correos y lo pediste de amigo en Facebook… y todo antes de la segunda cita.-_-
A los hombres no les gustan las mujeres pegajosas o aquellas que dan demasiado. A ellos les atraen las que se dan importancia y valor. Es como los diamantes. ¿Soñarías con tener un hermoso diamante de 5 quilates si todo el mundo tuviera uno? ¡Claro que no! La gente desea lo que es difícil de obtener y no está disponible. Es decir, los hombres quieren una mujer diamante. ¿Cómo puedes parecerte a esta piedra preciosa?
Sé única: así como hay millones de mujeres, hay millones de diamantes, pero por cada millón, sólo uno de ellos pesa más de 1 quilate, o sea vale más. ¿Qué te hace a ti sobresalir de las demás? usa esa cualidad especial a tu favor. Se diferente para que el hombre que te emociona vea en ti un diamante único y especial.
Sé deseada: cuando se descubrieron nuevas minas de diamantes, los inversionistas temieron que con tantos diamantes disponibles, perderían su rareza y valor. por eso, enviaban pocos diamantes a las tiendas para crear la ilusión que aún había escasez. Igualmente, no estés tan disponible para que aumente el deseo de cualquiera por tenerte.
Sé fabulosa: un diamante no necesita publicidad; se vende por su propio esplendor. si quieres ganarte el amor de un hombre, no te anuncies, lúcete con tu dignidad, inteligencia y amor propio. no hay nada más atractivo que una mujer que sabe lo fabulosa que es.
Cuando conozcas un buen prospecto, no lo persigas ni lo agobies para que te haga caso, mejor sé como un diamante precioso: única, deseada y fabulosa.
Cómo comportarte en la primera cita:
No actúes como sabelotodo: Hay quienes en su afán por conquistar, pretenden impresionar hablando incansablemente sobre sus experiencias, pertenencias e intelecto. ¡Qué mata pasión!
No te vayas a la cama: No hay una fórmula de tiempo establecida para determinar cuánto debes esperar para tener sexo. Pero el momento propicio es cuando confíes en las intenciones de ese hombre.
Evita atraparlo: Ve con el objetivo de pasar un buen rato con un amigo, no con la intención de evaluar si el hombre sería un buen marido. Cuando alguien percibe intenciones de captura, ¡se escabulle!
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